Alabado sea Jesucristo…
Va llegando la hora, y se acaban las palabras… Jesús está naciendo: en Belén –como hace dos mil años–, y en nosotros hoy, si es que estamos dispuestos a recibirlo con el corazón abierto para que haga morada en él y permanezca para siempre.
En estas semanas de Adviento hemos tratado de prepararnos espiritualmente de la mejor manera para tan excepcional acontecimiento. Ya no queda más tiempo… sólo esperar y darle el mejor recibimiento a Él que viene a nosotros, por nosotros y para nosotros.
Jesús está tocando a nuestra puerta. ¡Vayamos presurosos al encuentro del Señor!