Queridos Reyes Magos de Oriente:
Hace mucho que no os escribo. Pensaréis que he perdido la ilusión. Así es. Cuando llega la Navidad, cuando se acerca este hermoso y mágico día de Reyes, no puedo evitar llevar dentro de mí a esas personas que sufren, que tienen hambre, que están solas. Es un sentimiento que me supera, que ni siquiera soy capaz de controlar como debería
Anoche, en la cama, jugando a escribir esa carta, descubrí que en la lista de posibles regalos no había más que cosas materiales. Me sobresalté. Mi carta no tenía sentido. Pensé: ¡qué magia es esta!
Pero casi al instante comprendí que el cariño, la compasión, ofrecer una sonrisa, el respeto, tender tu mano, la comprensión, la tolerancia, compartir, y tantas y tantas cosas, no son cuestión de magia sino de actitud, de la actitud de cada uno de nosotros ante los demás, ante la vida. Que lo verdaderamente mágico es que disponemos de todos esos sentimientos, valores, dones, aquí, ahora, todos los días. ¡Qué alivio sentí!
Queridos Reyes Magos de Oriente:
No se me ocurre nada que pediros, todo lo que deseo ya lo tengo.
(Autor desconocido)
Besitosss
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