La belleza del mundo.
"La belleza del mundo en que vivo me corta la respiración.
Del mismo modo, según se lee, caen las escamas de los párpados de los condenados cuando avanzan hacia el cadalso o hacia el tajo del verdugo, y en un instante de gran pureza, aquejados por la pesadumbre que les acusa el tener que morir, dan, a pesar de todo, gracias por haber vivido.
Quizá debiera renunciar a mi lealtad al sol para entregársela toda a la luna".
J.M. Coetzee