RETORNO.
Porque busqué su olor
entre las piedras
cubierta de veranos amarillos
Parménides me rescató
de la quietud del agua.
Me ató al vaivén del mar
con ese alambre
donde colgaba irónica
la mueca del destino.
Fui lluvia
fui desierto en las manos
la mancha de humedad
en los ojos desnudos
un túnel
afilado de ausencias.
Alguien cantó por mi
bajo los sauces.
Madrigueras resguardan
pedazos del espejo.
Amanece…
el agua me despeina los bordes
de aquel rastro
convertido en ayer.
© Silsh.