Verbo de amor.
Maduró el ocaso en mi pluma novel,
a mis versos castos le crecieron alas,
y con ellas, sin rumbo, dispuse mi vuelo;
por sobre los mares y altas montañas,
en busca del verbo que sepa decir
todos mis sentires desnudos de pudor…
Lo hallé una noche… y desde entonces
mojé mis labios con sabrosas mieles,
aprendí tus formas con suaves vaivenes,
recorrí tu cuerpo con mis tibios besos…
te amé de mil maneras y me amaste!
fuiste plenitud en mi apetito, yo fui tu edén…
Fueron verbos encendidos de lascivia
que mezclaron suspiros y gemires,
para rimar sudores y conjugar placeres;
tus labios explorando mis recónditos lugares
y mi cuerpo tembloroso pidiéndote más,
hasta el éxtasis plural, enredados de amor…
Luego, mis verbos saciados, caían laxos
sobre tu pecho dormido, calmando sus latidos,
dando paso a la ternura del “después”
con palabras dulcemente castas
promesas de eternidad y pudorosos besos,
cerrando los párpados de un poema soñado…
Ninfa Duarte.