LA CUMBRE…
Rumbo hacia la cumbre de la vida,
el hombre en denodado sacrificio
senderos escabrosos serpentea;
lágrimas sin llanto gota a gota,
transpira cada poro de su cuerpo.
Trayecto que lo deja sin aliento
y la boca reseca sin saliva;
agrieta la tersura de su piel
y arruga luego con los años;
ojos que otean en tinieblas
y perlas que caen al vacío;
hebras canas junto al viento
raudas vuelan en su huída;
muros grises de lamento
tropieza entre las piedras;
sangran y supuran las heridas
que cicatrizan con el tiempo…
Ruleta indolente de estaciones
implacable gira en su rutina,
seduce a un cuerpo ladronzuelo
que hurta horas al reloj,
aferrándose al juego de la vida
como empedernido jugador
y obstinado insiste en ascender,
arrastrando lerdo entre peldaños:
sueños, ilusiones y sus huesos,
con joroba a cuestas.
©SKORPIONA.