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Despertaste sin querer a un dragón dormido
con tu mirada de hada encantada
con tu sonrisa bella y dulce de niña
pensando que era un juego
dijiste las palabras mágicas
y bellas, "te quiero"
Pero cometiste un error,
al encantar con tu mirada
alentaste a mi corazón
sin importarte nada.
Y como si no te importara
solo diste vuelta la cara
cuando clavabas tu daga.
Pobre de ti hada encantada
si alguna vez te despiertan
con una sonrisa
y no te des cuenta que es falsa
y al mirarle a los ojos, tal vez
te enamores como aquel dragón.
Hoy en tu momento de soledad
al tratar de recordar cual fue tu error,
recuerda en lo profundo de tu corazón
a aquel dragón dormido
al que mentiste con tu mirada encantada
a aquel pequeño dragón
que extraña todavía...
Tu mirada de hada...
Te quiero.
(Antonio Farfán)
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