Los dos se dieron cuenta que se necesitaban el uno al otro. El cojo tuvo una repentina claridad: "el otro hombre, el ciego, puede correr, y yo puedo ver". Olvidaron toda su competitividad.
En estos momentos críticos en los cuales ambos se enfrentaron a la muerte, necesariamente se olvidaron de toda estúpida enemistad, crearon una gran síntesis; se pusieron de acuerdo en que el hombre ciego cargaría al cojo sobre sus hombres y así funcionarían como un solo hombre, el cojo puede ver, y el ciego puede correr. Así salvaron sus vidas. Y por salvarse naturalmente la vida, se hicieron amigos; dejaron su antagonismo.
Zorba está ciego- no puede ver-, pero sabe bailar, cantar, regocijarse. Buddha ve, pero él solo puede ver, pero no puede bailar, no puede cantar ni regocijarse.
Ya es hora.
...El mundo está en llamas.
La vida de todos está en peligro.
El encuentro del Zorba con el Buddha
puede salvar a toda la humanidad.
Su encuentro es la única esperanza.
De la red