Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

NombresAnimados
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ 
 Reglas de la Casita 
 Administración 
 ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ 
 Me presento 
 General 
 Sabías que... 
 Música 
 Cocina 
 Sala de chat 
 Todo sobre Salud 
 Páginas amigas 
 ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ 
 Fondos 
 Imágenes - Gifs 
 Materiales 
 Tutoriales 
 Tutoriales externos 
 Prácticas - Dudas Psp 
 ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ 
 Ofrecimientos 
 Retira Firmas 
 ▬▬▬▬ Haditas ▬▬▬ 
 Elissa 
 Black Star 
 Marilis 
 Maryhelp 
 Meche y Noris 
 Miriam - Laurys - Yobe 
 Radio 
 Velia 
 ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ 
 
 
  Herramientas
 
General: Pequeñas semillitas
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Casimiro López Cano  (Mensaje original) Enviado: 26/08/2013 12:23
Es muy significativo observar la actitud generalizada de no pocos cristianos ante la cuestión de la “salvación eterna” que tanto preocupaba solo hace pocos años: bastantes la han borrado sin más de su conciencia; algunos, no se sabe bien por qué, se sienten con derecho a un “final feliz”; otros no quieren recordar experiencias religiosas que les han hecho mucho daño.
Según el relato de Lucas, un desconocido hace a Jesús una pregunta frecuente en aquella sociedad religiosa: “¿Serán pocos los que se salven?” Jesús no responde directamente a su pregunta. No le interesa especular sobre ese tipo de cuestiones estériles, tan queridas por algunos maestros de la época. Va directamente a lo esencial y decisivo: ¿cómo hemos de actuar para no quedar excluidos de la salvación que Dios ofrece a todos?
“Esforzaos en entrar por la puerta estrecha”. Estas son sus primeras palabras. Dios nos abre a todos la puerta de la vida eterna, pero hemos de esforzarnos y trabajar para entrar por ella. Esta es la actitud sana. Confianza en Dios, sí; frivolidad, despreocupación y falsas seguridades, no.
Jesús insiste, sobre todo, en no engañarnos con falsas seguridades. No basta pertenecer al pueblo de Israel; no es suficiente haber conocido personalmente a Jesús por los caminos de Galilea. Lo decisivo es entrar desde ahora en el reino Dios y su justicia. De hecho, los que quedan fuera del banquete final son, literalmente, “los que practican la injusticia”.
Jesús invita a la confianza y la responsabilidad. En el banquete final del reino de Dios no se sentarán solo los patriarcas y profetas de Israel. Estarán también paganos venidos de todos los rincones del mundo. Estar dentro o estar fuera depende de cómo responde cada uno a la salvación que Dios ofrece a todos.
Jesús termina con un proverbio que resume su mensaje. En relación al reino de Dios, “hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos”. Su advertencia es clara. Algunos que se sienten seguros de ser admitidos pueden quedar fuera. Otros que parecen excluidos de antemano pueden quedar dentro.
José Antonio Pagola
 
Sagrado Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y servirte. La mies es mucha y pocos obreros para recogerla. Es la palabra de Dios. Alabado sea el Señor. Amén. Detente, el Sagrado Corazón de Jesús está conmigo. Casimiro López




Primer  Anterior  2 a 3 de 3  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: flaquita Enviado: 27/08/2013 05:29

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Casimiro López Cano Enviado: 27/08/2013 18:22
 


 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados