Alabado sea Jesucristo…
Así imagina Jesús a su familia de seguidores: un grupo de hermanos y hermanas que le siguen para acoger y difundir la compasión de Dios en el mundo.
Jesús no pudo ni quiso poner en marcha una institución fuerte y bien organizada, sino un movimiento curador que fuera trasformando el mundo en una actitud de servicio y amor. Su primera preocupación es dejar tras de sí un movimiento de hermanos y hermanas, capaces de vivir sirviendo a los últimos. Ellos serán el mejor símbolo y la semilla más eficaz del reino de Dios.
Estas serán las dos grandes tareas de sus enviados: decir a la gente lo cerca que está Dios y curar a las personas de todo cuanto introduce mal y sufrimiento en sus vidas.
José Antonio Pagola.
Sagrado Corazón deJesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y servirte. La mies es mucho y pocos los obreros para recogerla. Es la Palabra de Dios. Alabado sea Jesucristo. Amén. Detente, el Sagrado Corazón de Jesús está conmigo. Casimiro López