DEJA IR
No llegaré lejos conduciendo un automóvil con el freno de emergencia puesto. Tampoco alcanzaré mis objetivos o sueños si no suelto aquello que me detiene. De manera que elijo continuar con mis objetivos y sueños liberando cualquier idea de pobreza o carencia que pudiera frenar o entorpecer mis pensamientos, palabras y acciones.
Si mi deseo es mejorar la salud, dejo ir cualquier duda en cuanto a poder ser completamente saludable. La plenitud es mi derecho divino.
En lugar de esforzarme por resultados específicos, permito que Dios transforme mi comprensión, y sigo adelante para vivir con libertad, salud y prosperidad. Al dejar ir y hacer espacio para mi bien supremo, puedo totalmente valorar y sentir la vida.
d/a