No sé, pero algo tienes tú que ver conmigo,
tarde del 31 de diciembre, retal del año que
le sobra a todo el mundo.
No eres más que el recuerdo de un pasado festivo
y la espera de las ilusionadas luces del Tiempo Nuevo:
paréntesis vacío –la gente, fatigada y como ausente,
tirada en un sillón– entre dos sueños.
No sé, pero estas cosas –cansancio, copas sucias en
un rincón, ese silencio inmóvil, ese in-vivir entre
un ayer resplandeciente y la luz y la música de
una vida distinta–, de alguna forma extraña,
no sé, se me parecen a mi vida.
A/D
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