Vivir, es vibrar cada instante, ante la emoción de percibir la maravilla de la creación
que nos rodea. Vivir, es entender que cada minuto que transcurre no volverá,
es atraparlo intensamente, porque forma parte del tiempo
que sabemos que ha quedado en el ayer.
Vivir, es saber dar lo mejor de nosotros, es vibrar en la bondad
y llevar a su máxima expresión nuestra capacidad de ser.
Vivir, es gozar los momentos bellos y desafiarse a si mismo ante las adversidades.
Vivir, es aprender mas cada día, es evolucionar y cambiar para hacer
de nosotros un ser mejor que ayer, un ser que justifica su existir.
Vivir, es amar intensamente a través de una caricia, es escuchar en silencio
la palabra del ser amado, es perdonar sin replica una ofensa, es aspirar
la presencia del otro, es besar con pasión a quien nos ama.
Vivir, es contemplar apaciblemente la alegría de un niño, escuchar
al adolescente aceptando sus inquietudes sin protestar, acompañar
con gratitud la ancianidad en su soledad.
Vivir, es comprender al amigo ante la adversidad y aunque se tengan
mil argumentos para contradecirlo o justificarlo, finalmente solo escucharlo,
es tener la capacidad de regocijarme ante sus triunfos y realización.
Vivir es sentir que nuestro existir no fue vano y en la medida
en que nos atrevamos a dar lo mejor de nosotros en cada momento,
logremos manifestar la grandeza de nuestra alma para amar.
Vivir es vibrar y sentir, es amar y gozar, es observar y superar, es dar y aceptar,
es comprender que nuestro tiempo es lo único que poseemos
para realizar plenamente nuestro ser.