Tengo unas ganas locas de gritar Viva la Cordillera de los Andes Muera la Cordillera de la Costa. La razón ni siquiera la sospecho.
Pero no puedo más: ¡Viva la Cordillera de los Andes! ¡Muera la Cordillera de la Costa!.
Hace cuarenta años Que quería romper el horizonte, Ir más allá de mis propias narices, Pero no me atrevía. Ahora no, señores, Se terminaron las contemplaciones: ¡Viva la Cordillera de los Andes! ¡Muera la Cordillera de la Costa!.
¿Oyeron lo que dije? ¡Se terminaron las contemplaciones! ¡Viva la Cordillera de los Andes! ¡Muera la Cordillera de la Costa!.
Claro que no respondo Si se me cortan las cuerdas vocales (En un caso como éste Es bastante probable que se corten) Bueno, si se me cortan Quiere decir que no tengo remedio Que se perdió la última esperanza.
Yo soy un mercader Indiferente a las puestas de sol Un profesor de pantalones verdes Que se deshace en gotas de rocío Un pequeño burgués es lo que soy ¡Qué me importan a mí los arreboles! Sin embargo me subo a los balcones Para gritar a todo lo que doy ¡Viva la Cordillera de los Andes! ¡Muera la Cordillera de la Costa!.
Perdonadme si pierdo la razón En el jardín de la naturaleza Pero debo gritar hasta morir ¡Viva la Cordillera de los Andes! ¡Muera la Cordillera de la Costa!.