Alabado sea Jesucristo…
Gracias Señor por este nuevo día…
Gracias
por el don de la vida, por la salud (poca o mucha), por el aire que
respiro, por la naturaleza que me regalaste y tengo que cuidar, por
tener lo imprescindible para estar en el mundo, por las personas que me
rodean y con las que intentamos caminar juntos hacia Ti, con
dificultades, con tropiezos, pero con una fe inquebrantable y sin
dobleces.
Gracias
Señor por mis escasos aciertos, pero mucho más te agradezco Señor por
mis errores, porque de ellos aprendo y mucho. Gracias Señor por mis
miserias porque ellas me hacen comprender qué pequeño soy y cuánto tengo
que crecer espiritualmente si algún día quiero llegar a mirarte a los
ojos.
Gracias
por la posibilidad de comunicarme y por la libertad de expresar lo que
pienso, aun cuando no a todos les guste lo que digo. Y es que no lo digo
para que guste sino para mayor gloria tuya. Y por eso elogio las cosas
que creo merecen destacarse y advierto sobre todo aquello que pienso nos
aleja de ti.
Gracias
Señor por permitirme entender que cuando elogio soy querido y aceptado
por todos… y cuando marco lo que creo incorrecto algunos me señalan con
el dedo, olvidándose que cuando me apuntan con un dedo, otros tres dedos
señalan hacia ellos mismos.
Gracias
Señor por permitirme hablar (o escribir) de las cosas que honestamente
creo que están mal en ciertos temas, en lugar de adoptar silencios
cómplices y buscar aplausos fáciles con temas en los que de antemano
sabemos que todos estaremos de acuerdo.
Gracias
Señor también por los que me critican, y te pido los bendigas con tu
amor infinito, porque ellos me ayudan a revisar mis opiniones y corregir
mis errores, que por cierto los cometo a cada rato.
Gracias
Señor por renovar cada día mis escasas fuerzas para reiniciar con
entusiasmo la tarea de intentar ser un buen cristiano. Aunque muchas
veces no lo logre… sé que mañana será mejor.
Tu pequeño hijo.
Felipe.
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un
día más para adorarte y servirte. Hagamos como
decía San Agustín: Señor a Ti solo busco, a Ti
solo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte
y amarte. (Sol 1,1,). La mies es mucha y pocos son los
obreros para recogerla. Es la Palabra de Dios.
Alabado sea Jesucristo. Amén. Yo dibulgo
cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de
que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de
Jesús y suplico a todos los creyentes y no creyentes, que pidan al Señor Jesucristo en oración, que no haya más guerras ni hambre en el Mundo, ni atentados terroristas ó políticos de guante blanco, y reine la Paz, así como el Amor,
en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente,
el Sagrado Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro
López