La vida en el amor
Si un día amaste y ese amor no fue correspondido o lo suficientemente valorado, recuerda que no fue perdida. Esa experiencia te hizo aprender tu gran capacidad de amar, de dar y alguien recibió un amor que antes no tenía.
Siempre se debe tener presente que no puedes obligar a nadie a que te quiera. Lo que si puedes es quererte tanto que atraigas a ti la paz, el amor y la prosperidad.
De pronto abrir los ojos y descubrir que la vida es más que una sola persona, que un sólo pensamiento, es darse cuenta de la claridad de los colores del arcoíris, admirando la belleza de este.
Hay que entender que el amor dado nunca será amor desperdiciado. Se viven los momentos más intensos cuando le encontramos sentido a lo que hacemos.
Equivocarse, cometer ciertos errores es el camino al aprendizaje y a una plena conciencia de no volver a cometer esas conductas que dañaron a los demás o te lastimaron. Sólo teniendo esa percepción de nuestros tropezones habrá valido la pena haberlos cometido, quedándote con la mayor enseñanza.
Para crear o destruir la felicidad que te rodea no necesitas a una persona en especial, sólo las ganas y la plena convicción de decidirte a ser feliz y vivir como si este fuera el último.