También en los supuestos de la nada, el amor se presiente en la querella de una futura creación: doncella sabiéndose fecunda, recreada.
Antes de ser mi vida inaugurada, fui barro enamorado de una huella, de un talle vegetal, de alguna estrella... Yo estoy hecho de tierra enamorada.
Y enamorado estoy de ti, y sustento este amor enraizado y presentido más allá de la vida y el momento.
Enamorado sin haber nacido, y ahora tan muerto y nada, que presiento la tierra enamorada que ya he sido.
Besitos
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