Alabado sea
Jesucristo…
"El que
las hace, las paga". ¿Hemos escuchado alguna vez esta expresión? ¿Es lo
que sentimos cuando alguno nos ofende, nos perjudica?
Esta
manera de pensar y de vivir nos envenena por dentro, destruye nuestra
paz y la de quienes nos rodean. El resentimiento, el rencor y el odio,
al que más perjudica es a quien lo siente, mientras el otro sigue en "la
suya".
Jesús
quiere salvarnos de esta destrucción que nos fabricamos. Nos invita a
liberarnos por medio del perdón y de la misericordia hacia aquellos que
nos han defraudado, ofendido o perjudicado. En la lógica de Jesús, el
mal se vence con el bien. "Devolver mal por mal, sólo consigue multiplicar el mal" (Gandhi).
Los
seguidores de Cristo debemos aspirar a ser perfectos como perfecto es el
Padre que está en el Cielo. Dios conoce nuestra poca fuerza. Por eso,
su gracia, la fuerza del Espíritu Santo, sostiene nuestra fragilidad
para que alcancemos la paz. ("El Domingo")
¡Buenos días!
Rompe el círculo del odio
La ira es fuente
de males casi siempre más graves que aquellos que la causan. En los momentos
críticos aprende a conservar la calma, de modo que tus decisiones sean justas y
sabias. En lugar de exasperarte y dejarte dominar por la ira, cállate, porque
el silencio aquieta. Respira profundamente y repite pensamientos
positivos.
Un destacado señor se enfadó y gritó al
director de la empresa. Cuando éste llegó a su casa, gritó a su esposa,
retándola porque el almuerzo era muy abundante. Su esposa gritó a la empleada
porque rompió un plato. Ésta dio una patada al perro porque la hizo tropezar.
El perro salió corriendo y mordió a una señora que le cerraba el paso. Ésta fue
al hospital para ponerse la vacuna. Allí gritó al joven médico, porque le dolió
la incisión que le hizo. El médico llegó a su casa y gritó a su madre, porque
la comida no era de su gusto. Su madre, tolerante, acarició con dulzura sus
cabellos, diciéndole: "Hijo querido, mañana haré tu comida favorita. Tú
trabajas mucho, estás cansado y precisas un buen sueño. Voy a ponerte unas
sábanas limpias y perfumadas. Mañana te sentirás mejor". En ese momento,
se rompió el círculo del odio, porque chocó con la tolerancia, la dulzura, el
perdón y el amor.
Es imposible que
en el curso de todo un día no nos sobrevenga algún que otro contratiempo:
pequeños accidentes o dificultades que nos apenan y mortifican. ¿No es esto un
obstáculo permanente para la felicidad? No, si aprendes a conservar la paz y la alegría cuando sobrevienen estas
contrariedades. Aquí entra en juego la virtud de la paciencia.
Padre Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un
día más para adorarte y servirte. Hagamos como
decía San Agustín: Señor a Ti solo busco, a Ti
solo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte
y amarte. (Sol 1,1,). La mies es mucha y pocos son
los obreros para recogerla. Es la Palabra de Dios.
Alabado sea Jesucristo. Amén. Yo dibulgo
cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de
que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de
Jesús y suplico a todos los creyentes y no creyentes, que pidan al Señor Jesucristo en oración, que no haya más guerras ni hambre en el Mundo, ni atentados terroristas ó políticos de guante blanco, y reine la Paz, así como el Amor,
en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente,
el Sagrado Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro
López