De sueños improvisados y fulgor de aconteceres, desde el dibujo de un beso, hoy quiero deletrear mis versos.
Con olas que en la orilla descansan y las que se van mar adentro, sigo percibiendo el aliento de cada mañana al alba.
Entre la mente y el corazón el alma se despereza... Susurros quedaron indemnes en los días que se fueron.
Esencias se quedan calladas de niebla quebradiza y templada y el perfume de la alegría igual que la yedra trepa.
Salvajes, sobre mi pensamiento, multitud de latidos brotan... Dejan espinas y rosas hermoseando sus notas.
Mis manos se abren buscando mareas altas y luces, canciones que me transporten a aquel sendero sin bordes
donde cosidos en seda habitan ecos de libertad; Recuerdos de risas, palabras que fueron llama y sinrazón.
Amar es construir un nido para cobijar a dos almas y oír una voz en el cielo que nadie a entender alcanza.
Casimiro López Cano.
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