
La solución definitiva para los polos
Tanto adultos como niños sabemos que si nos demoramos demasiado comiendo un polo cuando el día es muy caluroso, podemos acabar con las manos pringadas y pegajosas. La solución: un molde para magdalenas o, en su defecto, un trozo de papel o cartón que mantenga el helado derretido alejado de sus dedos.