LA MARIONETA
Pobre, pobre marioneta que de un hilo está colgada, está mustia, despintada, con una triste sonrisa, como no teniendo prisa por llegar a ningún lado.
Con el rostro acongojado y una lágrima asomando de sus ojos apagados y esperando la caída, porque al faltarle la vida ya no espera nada a cambio.
Solo que acabe cortando el hilo que la sostiene y al abismo eternamente, caiga por años y años. Cayendo, pero esperando esfumarse por el aire.
® ESCRITOR INGEL LAZARET
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