Alabado sea
Jesucristo…
Sentimos una llamada interior y respetuosa: Dios nos pide
un paso más en el camino del amor. ¿Cómo acoger Su voz? ¿En qué manera
responderle?
El corazón necesita abrirse por entero a una experiencia:
Dios me ama. Sólo desde la certeza del Amor divino surge la disponibilidad.
Sólo desde la escucha del Verbo mi alma comienza a vivir abierta a lo que Dios
pueda pedirme cada día.
Así estamos listos para la escucha, para el
discernimiento. El Evangelio nos da las pistas esenciales. El Espíritu Santo
hace comprensibles hechos del pasado y del presente que empiezan a tener
significado. Un confesor, un amigo bueno, me acompaña en la tarea de comprender
qué petición me llega desde el Corazón mismo de un Dios bueno.
Si hay experiencia del Amor, si hay una disponibilidad
madura y generosa, si hemos realizado una correcta lectura de las señales
divinas, estamos listos para las decisiones.
Es cierto: sigo siendo libre. Nunca me sentiré obligado a
amar, porque el amor surge desde la libertad y nos lleva hacia la plenitud
cuando escogemos bien. Pero esa libertad sólo llegará a ser madura y sana si se
mantiene abierta y disponible, como los patriarcas, como los profetas, como la
Virgen María, como los Apóstoles y los santos de todos los tiempos.
Sí, Señor, aquí me tienes, disponible. Acojo tu Amor en
mi vida. Acepto todo aquello que me pides para avanzar hacia la verdadera
caridad. Ayúdame con tu gracia, ilumina mi inteligencia, da fuerzas a mi
corazón. Lánzame a la aventura del amor desde esas palabras que Tú mismo
dijiste al hacerte Hombre para salvarme: ¡He aquí que vengo (...) a hacer, oh
Dios, tu voluntad! (Hb 10,7).
P. Fernando Pascual
¡Buenos días!
Necesidad básica
Jesús es el
modelo perfecto del hombre nuevo. Dios nuestro Padre nos invita a
transformarnos en él, haciendo nuestros, sus sentimientos y actitudes. Para
lograrlo nada mejor que meditar e interiorizar sus palabras y ejemplos cada
día, con el Evangelio en la mano. Ojalá que como san Pablo puedas decir “Ya no
soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí”.
Oh Jesús, todavía estás cada día entre
nosotros y estarás con nosotros por siempre. Tú ves, nuestra necesidad.
Necesitamos de ti, y de nadie más. Sólo tú puedes advertir cuán grande, cuán
inmensamente grande es la necesidad que tenemos de ti en esta hora del mundo.
El hambriento se imagina que busca pan, y en realidad tiene hambre de ti. El
sediento cree desear tan sólo tomar agua y en realidad tiene necesidad y sed de
ti. El enfermo se ilusiona con el ansia de la salud y su mal está en la
ausencia de ti. Tenemos necesidad de ser salvados sin demora por ti. G. Papini.
“Pan de vida”,
“luz del mundo”, “la puerta de las ovejas”, “el buen pastor”, “la resurrección
y la vida”, “la vid verdadera”, “rey”, “camino, verdad y vida”, son algunos
rasgos del perfil de Jesús que nos descubren su rica personalidad y su misión
en la tierra. La lectura meditada y rezada del Evangelio te haga crecer en el
conocimiento e intimidad de Cristo Jesús.
Padre Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más
para adorarte y servirte. Hagamos como decía San Agustín:
Señor a Ti solo busco, a Ti solo amo y tuyo quiero ser. Mi
único deseo es conocerte y amarte. (Sol 1,1,). La mies es
mucha y pocos son los obreros para recogerla. Es la
Palabra de Dios. Alabado sea Jesucristo. Amén. Yo dibulgo
cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de que
se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y
suplico a todos los creyentes y no creyenes, que pidan al
Señor Jesucristo en oración, que no haya más guerras ni
hambre en el Mundo y reine la Paz en todos los rincones del
Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado Corazón de Jesús está
conmigo. Casimiro López