A veces es preciso saber cambiar de compartimiento,
de método o de actitud.
O incluso aceptar revisar los principios que,
hasta entonces,
regían nuestra vida.
Eso no quiere decir que fuesen malos sino,
sencillamente,
que no respondían ya a nuestras necesidades.
Se llama a eso adaptarse.
Estos cuestionamientos son dolorosos,
pero quienes los aceptan salen de ellos engrandecidos,
porque se han superado a sí mismos.
D.A.
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