"«Una enseñanza espiritual… ¡cuánto me gustaría poder seguirla!»
dicen muchas personas. Pero enseguida añaden que todavía deben
esperar, porque es necesario que realicen ciertas tareas con su
marido, o su mujer, o sus hijos, etc. Pues bien, al cabo de diez
años, veinte años, todavía no han conseguido liberarse, e incluso
algunas mueren sin haber logrado consagrar ni un minuto a la vida
espiritual. ¿Por qué? Porque jamás lograremos solucionar
definitivamente los asuntos materiales. Es exactamente igual que
si tratáramos de devolver la forma esférica a una pelota de goma
agujereada: cuando conseguimos suprimir los huecos por un lado,
se vuelven a formar por el otro.
Nada de lo que hagáis en el mundo material quedará
definitivamente solucionado. Creéis estar tranquilos porque
habéis casado a vuestra hija. Pero he aquí que no se aviene con
su marido y habla de divorcio, y entonces, ¡qué lío! O bien
comienzan a nacer los nietos, y así sucesivamente... No esperéis
pues para vivir la vida espiritual. Vividla ahora, sabiendo
asimismo que gracias a ella hallaréis las mejores soluciones a
los problemas que se presentan ante vosotros cada día."