Presencia de Vida Perpetua.
Gracias Padre porque eres en mí, Presencia de Vida Perpetua.
Desde mi silencio siento cómo mi amor te busca y se funde con el tuyo,
y en este maravilloso todo y uno, la luz, la paz y la armonía nos acercan infinitamente.
Sé que no hay nada que pueda separarnos porque soy parte de Ti,
esa parte que siempre cuidas y velas con esmero,
paciencia, sabiduría, perdón y misericordia.
¡Cuántas veces he sentido tus manos levantándome cuando he estado caído!
Y sé, que habrás de levantarme cuantas veces sean necesarias,
porque confías en mí y en que saldré siempre adelante.
Gracias por el Amor-Hijo hecho carne,
por el Espíritu que nos cubre, envuelve y alimenta con Tu Verdad a cada instante.
Humilde y rendido ante Tu Presencia recibo con fe lo que en mis manos pones.
Acepto lo que debes darme y es así en mí, Tu Voluntad, ahora y siempre.