Hay personas estrellas y personas cometas.
Las estrellas permancen.
Hay mucha gente cometa. Pasan por nuestra vida apenas por instantes.
No cautivan a nadie y nadie los cautiva.
Gente sin amigos. Que pasa por la vida sin iluminar, sin dar calor
sin marcar su presencia.
Brillan apenas por instantes en los escenarios de la vida
y con la misma rapidez que aparecen, desaparecen.
Lo importante es ser estrella, hacer sentir nuestra presencia.
Ser luz, calor, vida.
Los amigos son estrellas, los años pueden pasar, surgir distancias,
pero quedan sus marcas.
Ser cometa, no es ser amigo, es ser compañero por unos instantes.
Explotar sentimientos, aprovecharse de las personas y de las situaciones.
Es hacer creer y hacer dudar al mismo tiempo.
La soledad es el resultado de ser cometa.
Nadie permanece, todos pasan, nosotros también pasaremos.
Es necesario crear un mundo de estrellas , verlas y sentirlas
todos los días.
Poder contar con ellas todos los días.
Así son los amigos, estrellas en nuestra vida.
Se puede contar con ellos.
Ellos son el refugio en los malos momentos.
Luz en los momentos oscuros.
Pan en los momentos de debilidad.
Seguridad en los de desánimo.
Al mirar los cometas, es bueno no sentirnos como ellos.
Ni desear agarrarnos a su estela.
Al mirar a los cometas, es bueno sentirse estrella.
Dejar por sentado nuestra constante presencia.
Saber que en algún momento hemos sido luz para muchos amigos y
a su vez ellos nos han iluminado .
Es bueno saber que hemos sido calor para muchos corazones
y que esos corazones laten y brillan muy cerca de nosotros.
(De la red)