Anoche, cuando dormía, soñé ¡bendita ilusión!, que una fontana fluía dentro de mi corazón. Di, ¿por qué acequia escondida, agua, vienes hacia mí, manantial de nueva vida de donde nunca bebí? Anoche, cuando dormía, soñé ¡bendita ilusión!, que una colmena tenía dentro de mi corazón; y las doradas abejas iban fabricando en él, con las amarguras viejas blanda cera y dulce miel. Anoche, cuando dormía, soñé ¡bendita ilusión!, que un ardiente sol lucía dentro de mi corazón. Era ardiente porque daba calores de rojo hogar, y era sol porque alumbraba y porque hacía llorar. Anoche, cuando dormía, soñé ¡bendita ilusión!, que era Dios lo que tenía dentro de mi corazón.
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