¡Me gustaría observarte mientras duermes, algo que tal vez no suceda. Me gustaría observarte, Durmiendo. Me gustaría dormir contigo, penetrar en tu sueño mientras su suave ola oscura se desliza sobre mi frente.
y caminar contigo a través de ese lúcido bosque que se mece, de hojas verde mar, con su sol acuoso y sus tres lunas, hacia la cueva a la que debes descender, hacia tu peor miedo.
Me gustaría darte la rama plateada, la florecilla blanca, la única palabra que te protegerá del dolor de las entrañas de tu sueño, del dolor de las entrañas. Desearía seguirte cuando subes por la larga escalera otra vez, y tornarme en el barco que te devolverá con cuidado, como una llama protegida en dos manos ahuecadas, al lugar donde yace tu cuerpo junto al mío, y tú lo penetras tan natural como una inspiración.
Me gustaría ser el aire que vive en ti, sólo por un momento. Me gustaría ser tan invisible y tan innecesaria.