Por las noches
Tierno arrullo de sábila que en las noches de plenilunio acompañas a mi alma dentro de mis tenues e insomnes noches, solías ocultar al alba con tu velo de mágica esperanza que la sombra que gravitaba frente a nuestros cuerpos alcanza a dar coherencia al mundo y, pronto, la mañana encerrará en un ático mi enardecido corazón.
Tu ternura aún es más bella por las noches como un Sol soberano o una Luna fugaz que juegan a ser amantes formando el amor embriagado que a menudo se dan.
Candorosa mañana pensando en ti nuevamente, reincido en la misma canción, ahora, que la hoja del otoño cambió nuestras miradas y las heridas pasaron desapercibidas.
Déjame atraparte con las moléculas del Sol, déjame epilogarme junto a tus manos de sal, quiero que suene a una proposición abnegada y sigue dándome tranquilidad.
Te amo como a todas las mujeres que no he amado tú: oceánida compuesta del carboncillo, muero por ti, desgarrado, sangrado, marchito, amando las frases de tus cabellos junto al fino destello de tu mirada siempre presto a buscarte temprano por la vereda de las caricias o por el parque de la atracción.
Si, a ti, diáfana, color dorado teñido del azul de las albercas de aguas rosas que se niegan a ser tú, las que pintan esos óleos desde ti misma una noche más, pequeña: tú… ¡Dispongan mi ternura para tu transparente amor! A Gaby
Colaboración de Paulo
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