Si la vida te pesa mucho, aligérala descargándote de lo superfluo.
Quien simplifica la mente, la libera de preocupaciones. Multiplicas tu angustia complicando tu vida con la obsesión
de que el sufrimiento te persigue para destruirte. Si te sientes culpable por tus errores,
el camino adecuado es liberarte de la culpabilidad que sólo te aporta ansiedad,
mediante la reconciliación con Dios,
on la persona a quien perjudicaste y contigo mismo. Aprende de tus equivocaciones para no recaer en ellas nuevamente.
Con diligencia, haz de tu vida una obra de arte simplificando tu mente.
Quien no sabe ser pobre de corazón se condena a ser esclavo.
Pequeñas Semillitas
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