Aún te espero en la banca del metro,
Aún conservo las fotografías de Milán y París,
como negarte que te espero si mis labios están secos y la piel añeja.
Aún te espero, sin dejar que el viento se olvide de mí
y la lluvia toque mis manos solitarias.
Aún te espero, a pesar de la prisa de la gente en la estación,
a pesar que un perro fiel me acompaña.
Aún te espero, sin pensar como serás y sin pensar como llegarás.
Aún te espero, sin hablar con nadie y sin preguntar por tí.
Aún te espero, a pesar que mi corazón late con menos intensidad
y la sangre ya no llegue hacia él.
Aún te espero, con unos ojos que no ven y unos oídos que no oyen.
Aún te espero, a pesar que la hija de la muerte me amenaza.
Aún te espero, porque tengo aliento y porque aún respiro.
Este es un poema a todas las personas
que esperan a alguien especial en su vida.
Colaboración de Alma D. Cavazos
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