Dejarse querer
Lo admito… a veces las experiencias endurecen el corazón, es bueno ser resistente, pero también es bueno ser digamos, flexible… flexible para leer entre líneas, para permitirse errar, para disfrutar momentos “tontos”, para amar con locura desmedida…
Adquirir esa conciencia es un gran paso, se nos puede ir la vida con ese escudo de acero inoxidable en el pecho, muy guerrero, muy resistente, pero también muy impenetrable, como un átomo indivisible…
Cuando me siento endurecida, cuando el escudo empieza a formarse, enseguida recuerdo una frase que mi mamá siempre me dijo, amén de mi espíritu independiente y terco :
- “Hija… déjese querer!”
Escrito por Marianne.
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