Te extraño... me extrañas...
En el nacimiento del fogoso día,
aferrados al aroma de las ansias,
cuando preciosa, es la compañía
y nada te arranca de las sábanas.
En la revolución del dulce beso,
envueltos en tumultos de pasión,
cuando sublimes, son los deseos
y se sublima la piel en su ardor.
En la confluencia de las retinas,
empapados del romántico matiz,
cuando increíble, resulta la vida
y jamás alcanzarías ser más feliz.
En las inmortales tardes de cine,
acurrucados tiernos en el sillón,
cuando caricias, fluyen de a miles
y merecemos un poema de amor.
Encallados en una fiel paradoja
te extraño... y me extrañas más,
cuando tantas, son siempre pocas
y en la distancia más cerca estás.
Cae el telón, es el preciso instante
en que su magia toda te hace falta,
cuando remoto está lo importante
y te acompañan sólo tus lágrimas.
(Fabián Ruiz)