Subterránea
Son tus ojos la chispa que cede la memoria a lejanos planetas, mundos indescifrables, intangibles y mudos en nudos imposibles. Son tus ojos el cielo infinito y nostálgico.
Son tus labios el friso que bordea mis sueños, suave, sutil moldura que me desplaza ingrávido y despierto a la carne que los envuelve ociosa. Son tus labios la llama que me ahoga y traspasa.
Son tus manos la llave que abre todas las puertas, hacia ellas me vuelco, inútil, desarmado. Encierran la verdad sola, primera, última. Son tus manos presente, el futuro, pasado...
Colaboración de Pedro Castro Ortega
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