A Doña Pola
En cada queja, se volvía caricia; cada reclamo... ¡todo corazón! cada lágrima, la sonrisa de quien todo lo dio.
Agonía de todos los olvidos eran sus pupilas, puestas de sol.
¿Será la mujer fuerte de la Biblia? ¿Será el "Ama" que Gabriel cantó? ¿López Velarde la pintó en sus poesías cuando en las jerezanas se inspiró?
Sólo sé, que en la lluvia de luceros que embellecen sus ojos:
¡Siempre ríe el amor!
Colaboración de Miriam
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