CUANDO DEN LAS DOCE
CHIQUITO BENITEZ
Se que cuando el reloj den las doce...,
una lágrima de mi
se derramará...,
ya no seré aquella que alguna
vez soñé con un amor ideal,
quizás me convertiré en roca
para no tener que ver nunca a mi alma
llorar...;
cuando el reloj den las doce...,
otro año nuevo comenzará a rodar,
buscando el treinta y uno de diciembre
aceleradamente...,
corriendo las agujas desesperadas,
haciendo que el tiempo
se achique inmediatamente,
y no se demore mi corazón con alguna cita
amorosa,
con otro hombre que se me anime
a quererme enlazar.... como entonces...
Cuando den las doce...,
algo mío se quebrará...,
y por más que me esforzara
en impedirlo a la larga
sabré que se romperá...;
cuando den las doce...,
quien sabe que cosas
me esperarán...,
cuantas indecisiones me harán
pensar en que realmente a tu presencia
la necesitaré...,
soy toda una mujer,
que no tiene consuelo,
estando resentida aún
por aquello tan vil, que has hecho
conmigo...,
dejando desairada a mi esperanza,
pulverizando de repente,
todos mis sentidos...
Cuando den las doce...,
tal vez..., cierre los ojos,
con la intención de no querer
jamás abrirlos...,
pero mi mente reaccionará
acaso, sabiendo que el morirme ahora,
no aplacaría a mi espíritu...;
cuando den las doce...,
quizás..., no pase nada...,
y sea todo más de lo mismo,
pero mi actitud seguramente
dará una vuelta brusca de timón,
sabiendo que mi puerto
en algún lugar de la tierra
me estará esperando,
para que me vuelva a ilusionar
con enamorarme
de otro marinero...,
que tendrá la sabiduría de estudiar
los besos que desprendan tiernamente
mis labios...