Pensar en ti, sumergiéndome en tus sueños, divagando en tus sensaciones, deseando flotar en la inmensidad del aire que viaja por cada una de tus venas.
Sentir en ti, la calidez que esconde tu epidermis, el fuego del volcán que hace erupción en un mar rojo que se ramifica en miles de riachuelos, en miles de túneles.
Vivir en ti, escondida tras el reflejo de tu risa, desnuda ante la luminosidad de tu mirada, frágil ante el agridulce que me ocasiona la suave y abullonada puerta de tu cavidad bucal.
Tenerte a ti, es mejor que sentir el impulso de mis emociones, es mejor que bailar y embriagarme hasta perder el sentido, pero que yo este en ti, es aún mejor que tenerte, porque nada es igual a la sensación de quedarme suspendida en el silencio y así saber que permanezco en tus pensamientos.
Colaboración de Diana Vanessa García
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