Dicha de amar
Amor quiero decirte que eres Como la tranquilidad del campo.
Y tu voz, como el viento que sopla, Acariciando mi rostro y mis manos.
Y tu mirada profunda y clara, Como el cielo limpio, sin nubes, sin nada que lo interrumpa.
Tu corazón es como flores de ese campo, Tejidas de pétalos y colores, envueltas por el verde de su follaje.
Y aquellos árboles, son como tu cuerpo, que se mece con el aire fresco y tibio.
Tus manos son como un río que lleva, Un sinnúmero de caricias siempre nuevas arrastradas en su corriente.
Y yo, soy el caminante que va por ese campo, Oyendo el susurro del viento y admirando su cielo Acariciando sus flores, siguiendo el mecer de sus árboles Y bañándome en la corriente de su río.
Por todo esto y por más, puedo estar segura de que jamás te dejaré Pues hacerlo sería, dejar de sentir la vida.
Colaboración de Maria Eugenia Reyes
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