Por ejemplo: “Los piratas aprovecharon un descuido del capitán para saltar a la borda y tomar a todos como prisioneros”, “En la antigüedad, los navíos que se atrevían a surcar estos mares solían ser atacados por piratas”, “Dicen que el fundador de este pueblo fue un terrible pirata del siglo XVIII”.
Los piratas antiguos constituían un gran peligro para los Estados ya que la navegación era el medio de transporte más habitual para unir grandes distancias y llegar a otros continentes. Las cargas de los barcos que atravesaban los océanos eran tesoros muy preciados para estos delincuentes.
Un pirata que pasó a la historia fue Edward Teach, conocido popularmente con el nombre de Barba Negra. Antes de convertirse en terror de altamar tras la Guerra de Sucesión Española, trabajaba como marinero. De sus ataques se recuerda especialmente el de Charleston, en Carolina del Sur, en el año 1718, y también se conoce su alianza con el gobernador de Carolina del Norte, que le permitía delinquir con libertad a cambio de compartir el botín. Barba Negra murió en pleno enfrentamiento contra la tropa de Robert Maynard.
Si bien la idea de pirata suele estar asociada a una figura masculina, no se debe olvidar el paso de Anne Bonny por la historia, una mujer pirata nacida en Irlanda que puso su granito de arena para hacer la vida de los navegantes del siglo XVIII un tanto menos sencilla de lo que habrían querido. Se trata de una de las únicas dos mujeres que fueron acusadas de actividades de este tipo en su época, llamada la edad de oro de la piratería.
En la actualidad, el accionar de los piratas se reduce a ciertas zonas de África y Asia. Sus modalidades de ataque, por supuesto, se han actualizado y están lejos de parecerse a las acciones inmortalizadas en películas y libros, donde los piratas suelen ser caracterizados con patas de palo, un parche en el ojo, etc.
Hoy, la idea de pirata se asocia a un delincuente informático que se infiltra en sistemas de seguridad o que accede a computadoras ajenas. También el término se emplea como adjetivo para nombrar a algo falsificado, clandestino o ilegal: “Las autoridades anunciaron la captura del pirata que robó los datos de miles de tarjetas de crédito”, “Una copia pirata del nuevo disco de Aerosmith ya circula en Internet”.
La piratería es un fenómeno nefasto que prolifera en muchos países a pesar de las muchas campañas de concienciación. Copiar un producto sin autorización para luego llevar a cabo su venta es un acto delictivo condenado por la ley, pero esto no detiene a las muchas personas que lucran con este negocio, ni a los consumidores que escogen robar arte, programas informáticos y videojuegos, entre otras de las opciones más comunes.
La copia pirata no siempre es perfecta; gracias a las posibilidades que brinda Internet, muchas veces las compañías tienen los recursos necesarios para bloquear su uso o bien para impedir su aprovechamiento al 100%. Por otro lado, no resulta tentadora en absoluto para los coleccionistas. De todos modos, el punto principal es que la piratería daña a todos y cada uno de los individuos que participan de una creación, y no existe ningún argumento que la justifique.
En Argentina, por último, un pirata es un hombre que suele engañar a su pareja para estar con otras mujeres o salir de fiesta con sus amigos: “Manuel es un pirata que siempre le miente a su esposa para ir a la discoteca”.