No soy la misma
Ahora no me conocen tus mares, tus riberas, tus gaviotas qué me dejaron sedienta. Pero ayer me conocían, cuando fuimos gaviota y mares, colinas y manantiales. Cuando fuimos ola, sobre ondulaciones. Cuando fuimos fuente bajo un mismo llanto.
Cuando fuimos navío bajo el claro de luna, y remos del rocío de estrellas, charcas de agua enamorada y también torrente. Cuando quisimos ser río y nos hicimos mar. Contemplé el azul bañar todos mis versos, dónde danzaban los astros en naufragar perpetuo.
Dónde contemplé constelación y albas, y el mar fundió mí ser, como funde arenas.
Hacia el horizonte perdido, dónde comienza el viento, hacia la sed infinita dónde nacen los sueños. ¡Todo fue una agonía! Te di la esclarecida claridad de luceros, abrí los brazos del cielo.
Fui el otoño en espera de ansiadas primaveras, primavera que fue mía, como el lecho del canto que regalé a tu ave. Como cuando perdí estrellas y ríos, cuando amé la nostalgia que arruinó manantiales, al despedir sombras de rosas al mar.
Colaboración de Idaluz Berrios Constanza
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