No es necesario que me ames
Si un minuto tuyo me perteneciera,
arrojaría de nosotros aquellas cosas
que hacen imposible amarnos.
Tomaría en mis manos las tuyas
y repetiría el tímido beso
que algún día sintieron nuestros labios,
a lo que tu llamaste impulso.
Miraría tus ojos y en voz silenciosa
y sublime...
Te diría te amo, para que mientras recorre
el llanto mi rostro, decirte:
nuestro minuto ha terminado.
Colaboración de Claudia Nayeli Delgadillo Ramos