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Dentro de mí hay un león enfrenado: De mi corazón he labrado sus riendas: Tú me lo rompiste: cuando lo vi roto Me pareció bien enfrenar a la fiera.
Antes, cual la llama que en la estera prende, Mi cólera ardía, lucía y se apagaba: Como del león generoso en la selva La fiebre se enciende; lo ciega y se calma.
Pero, ya no puedes: las riendas le he puesto Y al juicio he subido en el león a caballo: La furia del juicio es tenaz: ya no puedes. Dentro de mí hay un león enfrenado.
José Martí
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