Investigadores de la NASA han
descubierto "temblores" en el campo magnético de la Tierra, los cuales
parecen estar conectados con las auroras y podrían tener un impacto
importante en el estado del tiempo en el espacio.
Estruendos sin sonido
Lluvia de auroras
Campos magnéticos sacudidos
¡Cuidado con el temblor espacial!
Julio 27, 2010:
Utilizando la flota de cinco naves espaciales THEMIS, de la NASA, los
investigadores han descubierto un fenómeno relacionado con el tiempo en
el espacio que tiene la potencia de un terremoto y desempeña un papel
importante en el proceso de hacer resplandecer las auroras boreales. Lo
llaman "temblor espacial".
Un temblor espacial es un temblor que tiene lugar en el campo
magnético de la Tierra. Se puede detectar principalmente en la órbita
terrestre, pero no se limita al espacio exterior. Los efectos pueden
incluso alcanzar la superficie de la Tierra.
"Se han detectado reverberaciones magnéticas en estaciones
terrestres de todo el mundo, de una manera similar en la cual los
detectores sísmicos registran un gran terremoto", dice el investigador
que lidera el proyecto THEMIS, Vassilis Angelopoulos, de la Universidad
de California en Los Ángeles (UCLA, por su sigla en idioma inglés).
Ésta es una buena analogía porque "la energía total de un temblor
espacial puede compararse con la de un terremoto de magnitud 5 o 6",
según Evgeny Panov, del Instituto de Invesgitación Espacial, en Austria.
Panov es uno de los autores principales de un artículo de investigación
que anunció estos resultados en la edición de abril de 2010 de
Geophysical Research Letters (Cartas de Investigación en Geofísica o
GRL, por su sigla en idioma inglés).
En el año 2007, el proyecto THEMIS descubrió los precursores de
los temblores espaciales. El fenómeno comienza en la cola del campo
magnético de la Tierra, la cual es estirada, como si fuera una manga de
aire, por el viento solar que se mueve a millones de kilómetros por
hora. En ocasiones, la cola puede estirarse tanto y someterse a una
tensión tan grande, que cuando recobra su forma original lo hace
súbitamente, como una banda elástica que experimenta una torsión
excesiva. El plasma del viento solar atrapado en la cola se precipita
hacia la Tierra. En más de un evento, las cinco naves del proyecto
THEMIS se encontraron en la línea de fuego cuando uno de estos "chorros
de plasma" barrió la región. Claramente, los chorros iban a hacer
contacto con la Tierra. ¿Qué ocurriría entonces? Para averiguarlo, la
flota de naves espaciales se desplazó más cerca de nuestro planeta.
"Ahora lo sabemos", dice David Sibeck, el científico que es
integrante del proyecto THEMIS, en el Centro Goddard para Vuelos
Espaciales. "Los chorros de plasma causan temblores espaciales".
Según el proyecto THEMIS, los chorros se estrellan contra el campo
geomagnético a aproximadamente 30.000 km por encima del ecuador de la
Tierra. El impacto causa un proceso de rebote, en el cual el plasma de
hecho rebota hacia arriba y hacia abajo, siguiendo el campo magnético
que está reverberando. Los investigadores lo llaman "repulsión
repetitiva de flujo". Es parecido a una pelota de tenis que rebota hacia
arrriba y hacia abajo sobre un piso alfombrado. El primer rebote es
grande, y los rebotes sucesivos son de amplitud decreciente debido a que
la energía se disipa en la alfombra.
"Durante mucho tiempo, hemos sospechado que algo de esta
naturaleza estaba ocurriendo", dice Sibeck. "Sin embargo, al observar el
proceso in situ, el proyecto THEMIS ha descubierto algo nuevo y sorprendente".
Lo sorprendente de esto son los vórtices de plasma, enormes bucles
de gas magnetizado tan grandes como la Tierra misma, que se forman
alrededor de la región donde el campo magnético está siendo sacudido.
"Cuando los chorros de plasma golpean la magnetósfera interna,
aparecen y desaparecen vórtices que giran en direcciones opuestas a
ambos lados del chorro de plasma", explica Rumi Nakamura, del Instituto
de Investigación Espacial, quien es uno de los co–autores del estudio.
"Creemos que estos vórtices pueden generar corrientes eléctricas
sustanciales en el ambiente cercano a la Tierra".
Si actuaran en conjunto, los vórtices y los temblores espaciales
podrían tener un efecto apreciable sobre la Tierra. Las colas de los
vórtices podrían dirigir partículas hacia la atmósfera terrestre,
haciendo resplandecer auroras y creando ondas de ionización que
interfieren en las comunicaciones por radio y en el GPS (Global
Positioning System o Sistema de Posicionamiento Global, en idioma
español). Al arrastar campos magnéticos superficiales, los temblores
espaciales generan corrientes eléctricas en el piso sobre el que
caminamos. Las sobrecargas de corriente en el suelo pueden tener
profundas consecuencias ya que, en casos extremos, pueden deshabilitar
redes de energía en áreas muy extensas.
Después de que el proyecto THEMIS descubrió los chorros y los
temblores, Joachim Bim, del Laboratorio Nacional de Los Álamos, en Nuevo
México, llevó a cabo una simulación por computadora del proceso de
rebote. Y quién lo diría, los vórtices aparecieron de acuerdo con lo
establecido por las mediciones del proyecto THEMIS. Además, las
simulaciones sugieren que el proceso de rebote puede ser observado desde
la superficie de la Tierra, en forma de ondulaciones y remolinos que
aparecen en las auroras. Las estaciones en la Tierra informan
precisamente sobre un fenómeno parecido.
"Aunque es un proceso complicado, todo concuerda", dice Sibeck.
El trabajo aún no está terminado. "Todavía tenemos mucho que
aprender", agrega. "¿Cuán grandes pueden ser los temblores espaciales?
¿Cuántos vórtices pueden girar en torno a la Tierra en un momento dado
—y cómo interaccionan entre sí?"
Manténgase en contacto para obtener más respuestas proporcionadas por el proyecto THEMIS.
Vórtices que giran
Remolinos de plasma
Richter predice
uno de magnitud seis
Nota:Se
transcribe este estudio-informe, con el sólo y único fin de crecer en
conocimientos muy especiales de nuestro Sistema Solar y en particular de
nuestra tierra, porque hay muchos fenómenos que pasan que no conocemos,
que afectan a nuestra alta atmósfera y que leyendo el presente, nos
enteraremos de los que se dan en ella y son interesante conocerlos.
Casimiro López