Cuando pienso en el valor, pienso en los hombres y en las mujeres que sirven a mi comunidad y a mi país. Honro y bendigo a esas personas por su fortaleza interna, y por su poder para superar el temor y demostrar asombroso valor.
Mi fe me conecta con mis dones divinos internos. Al saber esto, avivo instantáneamente mi sabiduría y fortaleza en momentos de reto. El temor es una reacción humana a lo desconocido, así que si me siento inseguro acerca de mi situación actual, invoco mis poderes espirituales para que se hagan cargo de mis pensamientos y sentimientos.
Bien sostenga una creencia profunda en silencio o sea un ejemplo para mi familia o comunidad, reconozco que yo soy valeroso.