CUANDO SUENE UNA TROMPETA
CHIQUITO BENITEZ
Cuando suene una trompeta...,
por favor...,a ella...,
no la llamen...,
antes de que se fuera...,
yo dejè todas sus pertenencias
debajo de la cama...,
ni ya no pregunto por donde
anda...,
como asì tampoco se me ocurre ver
a los que suben o a los
que bajan...,
despuès de que aquella noche
sufriera de ese atraco
inesperado que le aplicaron
a mi corazòn desamparado
de una sola vez...;
hoy no sabrìa...,
si en el horizonte sale
el sol iluminado...,
si el mismo habrà hecho
un dueto con la luna
sobre el cielo inmaculado...,
como tampoco se...,
a quièn le pudiera interesar
ese hecho curioso...,
tal vez..., solo a mi...,
que aùn mantengo un diàlogo
con Dios...,
para no hundirme en medio
de esos recuerdos vagos
que quedaron de un desamor...;
cuando suene la trompeta...,
es probable de que una cosa
ya no quite a la otra...,
que no habrà màs preguntas
que me hicieran pensar...,
que ella aùn me quiere màs
que ayer...,
quizàs..., ya ni la extrañe...,
ni me acuerde de su cara...,
de sus caderas insinuantes
que habràn sido alcanzada
por la osteoporosis del tiempo
inestable...,
seguramente entienda
que aquello que no acabò
en un dìa..., acabò en tres...,
que su desapariciòn de mi vida...,
sucediò como el enigma
de las piràmides de Egipto...,
que nunca se sabrà
si algùn dìa se irà a esclarecer...