Esta leyenda está basada en la real historia de amor entre el infante don Pedro de Portugal y la cortesana Doña Inés de Castro en el siglo XIV. Si bien parte de los acontecimientos fueron reales, los hechos narrados después de la venganza de don Pedro son leyenda.
Don Pedro de Portugal ardía de amor por Inés de Castro, la dama de compañía de su esposa legítima, Constanza Manuel. Al enviudar, Pedro e Inés se retiraron a vivir con sus hijos en la ciudad de Coímbra. Pero la unión era desaprobada por la corte y el rey Alfonso IV, quien mandó a asesinar a Inés. Ciego del dolor, don Pedro decidió vengarse y liderar una revolución contra el monarca. Más tarde, al subir al trono, asesinó a los dos consejeros del rey arrancándoles el corazón.
Cuenta la leyenda que, en un acto de desesperación, el ahora rey Don Pedro hizo desenterrar el cuerpo de Inés de Castro, se casó con ella post morten y la coronó como reina de Portugal. Luego, hizo que los súbditos besaran la mano de la difunta. Desde entonces, Pedro no volvió a separarse de Inés. Sus cuerpos yacen actualmente en el Monasterio de Alcobaça.