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General: Motivar para hacer el bien
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De: Nina40 (Mensaje original) |
Enviado: 24/10/2009 19:38 |
Autor: Aníbal Cuevas | Fuente: www.anibalcuevas.blogs.com Motivar para hacer el bien |
Motivar constantemente para hacer el bien. |
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Motivar para hacer el bien | Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, motivar es dar causa o motivo para alguna cosa.
Motivar ¿Para qué? Antes de plantearse este asunto hay que saber para que queremos motivar a nuestro hijo. No será lo mismo motivarle para que sea el mas fuerte de la clase que motivarle para que sea el más “vacilón”, para que sea el número 1 en los estudios o para que sea generoso, trabajador, buen amigo.
Esta idea es fundamental y es lo primero que conviene que aclaremos, en función de ello el tipo de educación será de una u otra manera.
Conviene precisar que la educación engloba tanto la dimensión física como la intelectiva y la espiritual de la persona, por ello no son excluyentes. Al fin y al cabo los hombres somos una unidad. No obstante no parece que estén al mismo nivel para ser felices la dimensión biológica que la espiritual (con un buen cocido puedo estar satisfecho pero no feliz, ayudando a un amigo que lo necesita conozco la felicidad).
Normalmente en el actuar humano, el primer impulso que nos mueve a hacer algo es “me apetece/no me apetece”, “me produce placer o dolor”. Esto ni es bueno ni es malo, sencillamente es así. El actuar humano se diferencia del animal en que una vez se tiene esa sensación se decide en función de si es bueno o malo para la persona, ese es un acto humano propiamente dicho.
En este escrito vamos a referirnos a la motivación para hacer el bien, estaremos de acuerdo en que será la mejor manera de ayudar a nuestros hijos a ser más felices.
Motivar para hacer el bien es sinónimo de dar razones para vivir y aunque parezca que esto queda muy lejos para niños , no es así. No hace falta esperar a tener 50 años y una depresión de caballo para dar razones para vivir.
Nuestros hijos necesitan vivir en un ambiente de optimismo y esperanza, por ello la educación que les demos debe reunir esas características. Esto se consigue con el ejemplo y la forma de vida, no solo con charlas. Cómo afrontemos los posibles problemas que se plantean en la vida marcará como los afronten ellos.
Los niños no se conocen a sí mismos. La imagen que tienen de si mismos es la que los mayores les transmitimos. Un niño al que se le repita que es mentiroso, desordenado, etc... terminará creyendo que “es “ mentiroso y por tanto continuará mintiendo porque de esa manera cumple su papel. A quién miente habrá que decirle que ha mentido y que eso no es bueno.
Es una secuencia de comportamiento, si haces algo bien y te lo reconocen y animan tendrás ganas de repetirlo, si lo haces mal y te apoyan y ayudan a hacerlo bien tendrás ganas de repetirlo, y todos podemos hacer bien alguna cosa.
Unida a la motivación está la exigencia. Es imposible motivar si no se exige, los padres debemos exigir amorosamente. Los niños de estas edades necesitan tener una seguridad psíquica y saber hasta donde se puede llegar.
Para que la exigencia sea efectiva deberá ser un estilo las 24 horas del día pero dosificada a la hora de ponerlo en práctica. Debemos ser exigentes en pocas cosas, en aquellas que consideremos mas importantes, y en esas no ceder. Otras serán negociables.
La exigencia va unida a la autoridad. Los padres debemos ejercer la autoridad, nuestros hijos tienen derecho a que así sea. Pero no una autoridad déspota sino basada en el prestigio personal de quién la ejerce y ejercida como un servicio al hijo.
¿En que debemos exigir? Básicamente en los hábitos que conducen a las virtudes. En cuestiones de orden, de sinceridad, de obediencia , de laboriosidad. Exigir en estos hábitos hará que de mayores vivan más fácilmente las virtudes, y por tanto, les resulte mas fácil ser felices.
También es importante educar para el fracaso porque antes o después tendrán alguno, de la misma manera que es importante educar para el dolor, lo queramos o no existe.
¿Qué tipos de motivación existen? Depende de que dimensión de la persona se trate.
La mas primaria y básica es “me apetece/no me apetece”. Este tipo de motivación es primaria porque en ella no intervienen las dimensiones “nobles” del hombre, hacer las cosas porque apetece no lleva a la felicidad sino mas bien por una cuesta a la “animalización” del hombre y a la frustración, no contempla el bien integral sino solo el aspecto biológico.
Otro tipo de motivación es el “ego”, que me alaben, que me aplaudan. Ser el número uno, llevar las mejores marcas encima, etc.. Este tipo de motivación es positiva si se sabe dosificar ya que el ser considerado aumenta la autoestima. No es malo por tanto alabar a nuestros hijos cuando hacen algo bien, por el contrario es positivo siempre y cuando no les haga caer en la vanagloria y el desprecio a los demás.
Motivar por los demás, por amor. Es un tipo de motivación que es muy efectiva en estas edades. Ayudarles a obedecer por amor a mamá, a papá, a ser generosos con los hermanos por amor, que experimenten la felicidad que se vive al ayudar a otros. Esta es una edad estupenda para que conozcan y sensibilicen ante las personas que pasan necesidad, sin obsesionarles pero que comiencen a abrir los ojos al mundo que les rodea.
Motivar por Dios. Sus actuaciones pueden estar movidas por amor a nuestro Padre del Cielo, que nos quiere con locura y quiere que le ayudemos en la tierra, habrá que enseñarles a vivir esto y por lógica lo deberemos vivir los padres.
Lo que vale la pena, cuesta. Esta frase puede resultarles de ayuda. Explicarles que tras el esfuerzo llega la alegría del deber cumplido. Ya tienen que trabajar en serio y muchas veces no les apetece, se distraen, etc. Se pueden aprovechar los deberes que les mandan para casa para ir ayudándoles a ser laboriosos, limpios en el trabajo. Darles razones para que esto sea sí es motivarles, ayudarles y alabarles, decirles lo que esperamos de ellos es motivarles, corregirles con cariño es motivarles.
Los premios y castigos son un medio para educar, se deben utilizar poco y de una manera gradual. Siempre es mas efectivo utilizar mas la alabanza que el reproche y ensalzar el bien mas que odiar el mal, y sobre todo el ejemplo.
Los medios para educar se pueden dividir en:
Directos: 1 Ejemplo 2 Doctrina
Indirectos: 3 Verbales (que bien lo has hecho, estoy orgulloso..) Premios 4 materiales(merienda especial, cromos, etc..) 5 Verbales (no me lo esperaba de ti, ..) Castigos 6 materiales (privar de jugar con algo, no jugar con él..) 7 físicos (muy cuestionables, humilla, nunca como desahogo)
A la hora de motivar, de premiar o castigar, conviene tener claro que el premio o castigo debe ser del nivel de la acción. No se da dinero por dar un beso a la tía abuela que “pincha”, no se premia materialmente por ayudar en casa , sí se puede hacer por algo extraordinario (vg. lavar el coche).
Como resumen, pienso que hay que inculcar a los niños que el premio lo conlleva el bien realizado, la satisfacción del deber cumplido, de la ayuda prestada. Debemos evitar la tentación de hacer el bien por el resultado material.
Evitemos estar detrás del niño continuamente, ayudémosles a encontrar los motivos para actuar, que quieran ser y hacer libremente , que forjen su propia vida poco a poco y no porque papa o mama están detrás , que sean autónomos y puedan equivocarse.
No olvidemos que se educa día a día, que es una tarea ardua, que las personas no maduran rápidamente. Pero no perdamos de vista que todavía estamos a tiempo de prepararles para afrontar la pubertad y la adolescencia. | | |
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Nuestros hijos necesitan vivir en un ambiente de optimismo y esperanza, por ello la educación que les demos debe reunir esas características. Esto se consigue con el ejemplo y la forma de vida, no solo con charlas. Cómo afrontemos los posibles problemas que se plantean en la vida marcará como los afronten ellos.
ASIE S NINA HAY QUE TENER UN AMBIENTE OPTIMISTA |
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