
Quince minutos con el Divino Niño Jesús
Divino Niño Jesús, aleja de mí al demonio que me atormenta y me asecha. Porque cuanto más unido estoy a ti, tanto más el demonio usa de sus ardides para seducirme y hacerme caer. Es necesario que me refugie en ti, Pequeño Jesús, y me tome de tu manita y camine así por los caminos del mundo. Divino Niño enséñame la infancia espiritual, a ser pequeño como tú, para que el espíritu de la soberbia no me seduzca y siempre sea yo sencillo y puro, humilde y bueno. Tú sabes Niño Jesús que en estos tiempos se ha dado gran libertad a los demonios para que tienten a los hombres, por eso te pido que me protejas especialmente, tú que eres el Señor del Cielo y de la Tierra, y que sometes al Infierno. Entonces te ruego que me cuides y ampares de las maldades de los demonios y de las almas de los condenados que en estos tiempos de la Batalla final se han derramado en el mundo. Envía a tus Santos para que me ayuden, envía a tus Ángeles para que me defiendan, porque estamos en medio de la refriega y es mucho lo que está en juego: la salvación de mi alma y la de muchos hermanos míos. Divino Niño te pido, en definitiva, por mi santificación y salvación. ¡No me abandones, Niño Divino, y ten misericordia de mí! ¡Te amo con todo mi corazón! ¡Gracias Pequeño Jesús!