DONDE ESTAN LAS MANOS DE DIOS
Cuando observo el campo sin arar,
cuando los aperos de labranza están
olvidados cuando la tierra está quebrada
me pregunto ¿dónde estarán las manos de Dios ? Cuando observo la injusticia, la corrupción,
el que explota al débil; cuando veo al
prepotente pedante enriquecerse del ignorante
y del pobre, del obrero y del campesino carente
de recursos para defender sus derechos me pregunto
¿dónde estarán las manos de Dios ? Cuando contemplo a esta anciana olvidada ;
cuando su mirada es nostalgia y balbucea
todavía algunas palabras de amor por
el hijo que la abandonó me pregunto:
¿dónde estarán las manos de Dios ? Cuando veo al moribundo en su agonía llena de dolor;
cuando observo a su pareja y a sus hijos deseando
no verle sufrir; cuando el sufrimiento es intolerable y su
lecho se convierte en un grito de súplica de paz, me pregunto:
¿dónde estarán las manos de Dios ? Cuando miro a ese joven antes fuerte y decidido,
ahora embrutecido por la droga y el alcohol, cuando
veo titubeante lo que antes era una inteligencia
brillante y ahora harapos sin rumbo ni destino me pregunto
dónde estarán las manos de Dios ? Cuando a esa chiquilla que debería soñar en fantasías,
la veo arrastrar su existencia y en su rostro se refleja
ya el hastío de vivir, y buscando sobrevivir se pinta la boca
y se ciñe el vestido y sale a vender su cuerpo, me pregunto :
¿dónde estarán las manos de Dios ? Cuando aquel pequeño a las tres de la madrugada
me ofrece su periódico, su miserable cajita de dulces
sin vender, cuando lo veo dormir en la puerta de un zaguán
titiritando de frío, con unos cuantos periódicos que cubren
su frágil cuerpecito, cuando su mirada me reclama una caricia,
cuando lo veo sin esperanzas vagar con la única
compañía de un perro callejero, me pregunto:
¿dónde estarán las manos de Dios ? Y me enfrento a El y le pregunto :
¿dónde están tus manos Señor ? para luchar por la justicia,
para dar una caricia, un consuelo al abandonado,
rescatar a la juventud de las drogas, dar amor y ternura a los olvidados.
Después de un largo silencio escuche su voz que me reclamó,
"no te das cuenta que tú eres mis manos, atrévete
a usarlas para lo que fueron hechas, para dar amor y alcanzar estrellas". Y comprendí que las manos de Dios somos
"TU y YO", los que tenemos voluntad, el conocimiento y
el coraje para luchar por un mundo más humano y
justo, aquellos cuyos ideales sean tan altos que no
puedan dejar de acudir a la llamada del destino,
aquellos que desafiando el dolor, la crítica y
la blasfemia se reten a si mismos para ser las manos de Dios. Señor , ahora me doy cuenta que mis manos
están sin llenar, que no han dado lo que deberían dar,
te pido perdón por el amor que me distes y que
no he sabido compartir, las debo de usar para amar
y conquistar la grandeza de la Creación. El mundo necesita esas manos, llenas de ideales y
estrellas, cuya obra magna sea contribuir día a día,
a forjar una nueva civilización, que busquen
valores superiores, que compartan generosamente
lo que Dios nos ha dado y puedan al final llegar vacías,
porque entregaron todo el amor, para lo que
fueron creadas y Dios seguramente dirá:
¡ESAS SON MIS MANOS !
desconozco su autor

|