Hoy estuve conversando con el Señor
Padre, extraño tanto ser una niña, extraño tanto el jugar tan tranquila, extraño aquellos días que mis únicos problemas eran cual seria mi próximo juguete de navidad.
Pero he crecido y hoy señor a mis 24 años me siento tan sola, tan llena de problemas y con tanta falta de amor, se que estas hay, se que siempre estas hay, por eso te hablo, porque tu eres el único capas de escuchar mis quejas con tanto amor sin cansarte de ellas.
Señor como quisiera volver hacer una niña, como quisiera volver a reír, por eso te hablo a ti mi único amigo, ayúdame a ser de nuevo una niña, sin tener que dejar de ser adulta, no me quites las tristezas pero si aliviánamelas un poco.
No me des toda la felicidad, solo te pido un poco, no me des todo el amor, solo te pido mi porción, no te pido que me mandes al hombre de mi vida, pero si que me des una señal.
Señor sé que estas y me estas escuchando y sé que en este momento de mi vida en que me siento tan sola, tu me estas ayudando.
Y al terminar de hablar con él, sentí muy adentro de mí su respuesta:
Hija, te escucho y solo tengo algo que decirte,
te amo y te daré lo que yo sé que te hará feliz...